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martes, 4 de febrero de 2014

terremoto de 1976 san pedro sacatepequez

Crónica Rubén Antonio Oxcal


Yo lo viví.
TERREMOTO EN SAN PEDRO SACATEPEQUEZ
En el Departamento de Guatemala.


Descripción: C:\Users\SERVIDORA\Downloads\1546071_268828176603053_561650039_n.jpgEra  un día martes como muchos otros,  la noche ya cubría con su sombra la población, el tejado de las casas de adobe  se enfriaba poco a poco después de haber recibido el calor sofocante del  día, los habitantes de mi pueblo como de costumbre se reunían en la cocina para saborear la cena que mamá había preparado con todo su esmero mmm…., ya se sentía el olor a frijolito y las sabrosas  tortillas calientes recién salidas del comal.             5 av. zona 2, camino a Buena Vista

 El perro estaba atento esperando que algún patojo le tirara alguna tortilla, para darse el también el gran banquete que bien merecido se lo tenía, porque  ha pasado horas y horas  cuidando la casa.

 Todos estaban felices, riéndose  de los acontecimientos del día.  El jefe de la casa hablaba de su trabajo y del cansancio que le toco vivir ese día, pero decía sentirse muy feliz porque las camisas que le habían encargado  ya casi estaban  terminadas  y  solamente le faltaban colocarles los botones,  plancharlas y listo. Y es que las maquinas de pedal eran los  instrumento de aquel entonces. Y así, en cada casa de mi pueblo, cada familia abordaba un tema diferente, unos hablaban de la escuela, otros de la cosecha del maíz, algunos quizás del alcalde, pero en la mayoría de casas hablaban de la confección de las camisas,  ya que era uno de los trabajos que la mayoría de  Sampedranos aprendía desde pequeño.

Las horas avanzaban poco a poco, - las bombillas amarillentas de cada casa  se fueron apagando porque  el merecido descanso había llegado. Eran aproximadamente las tres de la mañana  del día miércoles 4 de febrero de 1976. Todos en mi pueblo dormían.
A lo lejos se oía  el ladrido de algún perro que no podía dormir, porque en la noche no pudo conseguir alimento para engañar las tripas. ¡De pronto  se sintió un meneo suave de la tierra!  todos dormían tan plácidamente que muy pocos sintieron el temblor, pero en seguida otro más fuerte  que  hizo estremecer la tierra, solo tardo como treinta  y tres segundos, ¡pero qué daño que causó!
En ese momento yo trate de comprender que estaba pasando, pero todo fue en vano, a mi corta edad y mi desconocimiento del caso me impedían comprender  lo que estaba sucediendo. Me levante de mi cama e intente  encender la luz, pero fue inútil, la luz no encendió porque los cables se habían roto en su totalidad. En ese momento busque como salir pero no podía, porque unos envases de vidrio que estaban jateados en la entrada de mi dormitorio se habían caído por el temblor y se habían quebrado todos, eso me daba miedo porque en la obscuridad no encontraba mis zapatos pensando que algún pedazo de vidrio me lastimara, recuerdo que gritaba llamando a mi hermano para que me trajera un par de zapatos, pero lo único que escuchaba era la voz de él, pidiendo auxilio igual que yo, al no tener respuesta a mi llamada opte por salir, no sé cuánto tiempo pudo haber pasado pero cuando salí al
Descripción: E:\FOTOS VIEJAS\Tienda San Felipe.jpgpatio de lo que fue mi casa, no podía ver absolutamente nada.                                
                                                                         

                                                                 casa destruida por el terremoto del 1976

La luz artificial en ese momento no existía para nosotros. Recuerdo haber encontrado a mis papas y nos preguntábamos que está pasando, mi madre lloraba preguntando por mi hermana Antonieta, nosotros ni  siquiera sabíamos dónde estaba ella, porque toda la casa estaba totalmente derrumbada. Adobes, vigas,  tejas todo por los suelos.
  Mi vecina -Doña Chusita gritaba,  ¡ayuda! ayuda!  Mi hermano y mi cuñada  murieron, no los encuentro, por favor que alguien traiga una candela! ay, ay, ay gritaba y lloraba, Pero quien podía auxiliarla en ese momento, si al ratito se oyó otra vecina gritando de la misma manera y otros y otros… y es que  nadie sabía lo que estaba pasando, solo los gritos de los vecinos delataban que algo malo había ocurrido.

. Mis hermanos y yo queríamos sacar a mi hermana de los escombros  pero no mirábamos nada, porque todo estaba a  obscuras, además no teníamos ni siquiera  un martillo,  todo se había quedado enterrado. Esa  madrugada solo se oían llantos y lamentos, todos preguntaban por algún familiar, pero nadie daba razón  de nada. Aproximadamente a las cinco treinta de la mañana salieron las primeras luces del día,
Pero venían acompañada de una ligera llovizna, el cual hacia todo más preocupante porque no teníamos donde guarecernos del agua. Recuerdo que entre los escombros buscamos algunos pedazos de lamina y alguna regla para hacer alguna covacha tipo apache, porque el agua arreciaba. Ya con las primeras luces del día pude ver el rostro de mi mama totalmente golpeado, quizás por algún pedazo de abobe o yo que sé. Lo cierto es que cuando salí  a lo que unas horas antes eran las calles bonitas de mi pueblo, esto estaba intransitable porque toda la tierra de las casas caídas lo tenía totalmente arruinada

Esa madrugada por curiosidad fui al parque de mi población, pero mi sorpresa  fue enorme, porque el templo parroquial estaba totalmente por los suelos, la municipalidad igual, la gente buscando ayuda ¿pero quién? si todos estábamos en las mismas, para colmo de males llego la hora del desayuno ¿y qué comer? si todo había quedado enterrado, no teníamos agua, no había molino de nixtamal, no habían tiendas y si hubiera ¿con que dinero? solo por medio de algún radio receptor nos enteramos que  esta catástrofe  había sido terrible, que había sido un Terremoto, !Terremoto! de gran magnitud porque afectó muchas poblaciones de mi Guatemala, especialmente en el  departamento de Chimaltenango. Ese día todos lloraban, todos eran hermanos, todos  clamaban a Dios, porque decían que era el fin del mundo, cuantos cuerpos sin vida pude observar en  la acera que daba al frente, de lo que fue la municipalidad de aquel entonces, personas que quizás un día antes yo los había saludado, pero en ese momento los encontré  sin vida. Qué  pena,  muertos por aquí y muertos por allá, todo era tristeza, todo era dolor.    El tiempo transcurría, regrese con mi familia y la lucha continuaba  para sacar a mi hermana de los escombros, llegaron mis primos a la que un día fue mi casa, preguntando por su mama, no nos acordábamos que esa noche mi  tía se había quedado durmiendo en el cuarto de mi hermana, porque al día siguiente pensaban realizar un viaje, mi hermana  nunca se imagino que ese día era su viaje a la eternidad. Como  a las 11 de la mañana por fin logramos sacarla de los escombros junto a su beba, Gledia Lorena ¡pero ya no pudimos hacer nada! ella y su pequeña hija  ya habían  partido para siempre. Mi madre lloraba, preguntándole a  Dios ¿por qué, por qué? y el silencio era su única respuesta. El trabajo continuaba porque aun faltaba sacar a mi tía, que después de tanto esfuerzo la logramos sacar, ya casi moribunda, pero que gracias  a Dios vivió muchos años todavía.
Los temblores seguían asustándonos, el día siguiente más o menos como las 11 de la mañana vino otro de una gran intensidad que nos hizo clamar a Dios. Ese día todos decían que podía brotar una epidemia, porque los muertos eran incontables, hubo que pedir ayuda al ejército de Guatemala para abrir una fosa común en el cementerio, recuerdo que la gente colaboraban echando los cuerpos sin vida en la máquina para llevarlos a enterrar, sin caja, sin corona, sin cantos, sin nada,  algunos totalmente desnudos, otros en una bolsa plástica o algún petate, toda la gente estaba alborotada,
La ayuda del Ejército de Guatemala vino a aliviar un poco nuestro dolor, porque  traían víveres medicina y tiendas de campaña, algunos durmieron bajo algún pedazo de nylon, otros bajo algún pedazo de cartón, porque la ayuda del Ejército no se daba abasto. Pero eso sí, todos los Sampedranos luchando para sacar adelante a su familia, algunos pensaron que en San Pedro, ya no era conveniente vivir y se fueron para los planes o en algún otro lugar aledaño, otros pasaron meses en el parque viviendo dentro de una champa, tal es el caso de la única farmacia que había en aquel entonces, la farmacia Ideal, de Doña Estelita, que mas de alguna vez, nos pincho a los Sampedranos. Esos días se vio la verdadera hermandad, la solidaridad, todos se ayudaron mutuamente limpiando los escombros, todos sacaron adelante a lo que hoy es San Pedro Sacatepéquez,  en el Departamento de Guatemala.


San Pedro Sacatepéquez se ha distinguido por ser un pueblo con habitantes llenos de entusiasmo y con deseo de superación. El terremoto de 1976 botó todas las casas de adobe y tejas,  pero eso vino a enseñarnos que debemos de mejor nuestras construcciones, es  por ello que en pleno siglo XXI todas las construcciones de las casas son en un 95º/o  de blocs, terraza  y  lamina de zinc. Sus calles todas están pavimentadas.  Seccionadas en 5 zonas, las calles y avenidas están debidamente numeradas. En ese tiempo surgió este dicho: "Guatemala esta herida pero no de muerta".

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